Usada.

sábado, 16 de mayo de 2009 en 19:42
Usada, manejada, maneada y vuelta a usar.

Se sentía así mientras avanzaba afirmada por su mano camino al almacén. No sabía por que tendrí que pasar por todo esto cuando se fue a vivir ahí. Llegó siendo fina y elegante y ahora solo estaba para servir. Nadie en esa casa la comprendía, y jamás iba a llegar a comprenderla, era una completa extraña. Nadie daba un peso por su persona. Era triste saber que el día en que dejara de ser útil sería sin piedad desterrada de lo que algún iluso podría llamar su hogar.

Miraba al frente, como si orgullosa estuviese y se balanceaba lado a lado mientras cruzaba las calles camino del almacén donde el dueño ni siquiera la miraría. Volvería a esperar salir el próximo día para ver si algún día alguien reparaba en que estaba ahí, colgando afirmada de su mano como si feliz estuviese. Arrastrada a su voluntad y a su fuerza.

De vuelta en la casa, quedó sola en la cocina, donde todos esperaban que estuviese. Presta al servicio, a que alguno tuviese hambre.



Es difícil ser una bolsa de pan.

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